Durante la primera navegación del ARA San Juan en 1985 desde Emden, Alemania hasta Mar del Plata, Argentina, la tripulación permaneció más de veinte días seguidos en inmersión. Ahora habían pasado más de 10 días de búsqueda, se habían sumado ocho países y el San Juan seguía perdido. Las familias exigían resultados, la sociedad argentina estaba desconcertada y los submarinistas temían lo peor. El día quince de búsqueda el gobierno anunció el mensaje tan temido. El ambiente extremo, el tiempo transcurrido y la falta de evidencia hacían incompatible la existencia del San Juan con la vida humana. Silencio.